miércoles, 2 de abril de 2014

Almas grises

No he podido evitar asegurarme, al concluir la lectura de la novela "Almas grises" del escritor francés Philip Claudel, de comprobar nuevamente su año de edición (2006) para confirmar que se trataba ciertamente de un libro publicado una vez ya comenzado este siglo XXI. Y es que durante toda su lectura me ha acompañado la sensación de encontrarme ante una novela clásica más propia del siglo XIX o apenas principios del siglo pasado; varios han sido los elementos que me hacían llegar a esa conclusión: para empezar, el ritmo de la narración, pausada y sin afán por descubrirnos los secretos de la historia ni de sus protagonistas, la parsimonia que reflejaba un modo de vida alejado de la frenética realidad del mundo desarrollado actual, el gusto por las descripciones sosegadas y en profundidad de paisajes y personajes, el escenario, en fin, de esa pequeña ciudad de provincias al norte de Francia en el año 1914, en el límite de la línea de fuego, con la guerra al alcance de la vista y el oído. Un estilo de narrar, en fin, más propio de otro tipo de novela que ya casi no se encuentra en la actualidad.

Por esa pequeña ciudad transitan habitualmente tanto los valerosos soldados que se dirigen con entusiasmo e ignorancia ciega al campo de batalla como aquellos que regresan de allí, en ocasiones heridos o mutilados, en muchos casos cubiertos por la lona de los carros cargados de cadáveres, víctimas de la cruel guerra que, sin embargo, en poco ha cambiado la perezosa rutina del pueblo, cuyos habitantes parecen haberse vuelto insensibles a la realidad de la muerte que tan de cerca les pasa a diario sin apenas rozarles y sin cambiar su hábitos cotidianos.

Pero la aparición del cadáver de una pequeña vecina en el canal que trascurre  junto a la población sí que supondrá algo que les toque de cerca. El temor a que exista un asesino suelto en las inmediaciones, o incluso la posibilidad de que el asesino sea algún convecino pondrá al pueblo en alerta y descubrirá las relaciones humanas que se desarrollan en él, los equilibrios de poder, el peso de las autoridades, del juez, el fiscal, frente al pueblo llano carente de iniciativa y de capacidad de decisión ante los abusos de aquellos.

El narrador de la historia es el policía que en su momento se ocupó del caso y que veinte años después nos va revelando los hechos ocurridos y los descubrimientos realizados en torno a los mismos, nos presenta a los personajes, sus retratos y el papel que tuvieron en aquellos sucesos, a la vez que combina el relato de la investigación con su propio drama personal que corrió paralelo en el tiempo con los hechos relatados.

La novela abunda en imágenes poéticas, con un lenguaje delicado y certero, destacando las descripciones de los personajes, la sutil pero efectiva manera de retratar la pena y la soledad que abunda entre ellos, la gran tristeza que hace de todos ellos unas almas grises que pasan por la vida sin dejar demasiada huella. Las sensaciones transmitidas son fácilmente palpables, se intuyen los sentimientos y los numerosos matices de las emociones. Es esta una de esas novelas en las que la trama en sí, siendo interesante, se ve superada por el retrato del ambiente y de lo que evoca, en la que te ves trasladada al tiempo pasado y contemplas el interior de los personajes y sus miserias más profundas y lo que les lleva a comportarse como lo hacen y es mayor el placer de deleitarse con los pequeños detalles de la narración por encima de descubrir quién mató en realidad a la pequeña Belle. No es, en ningún caso, una novela de investigación policial, sino de investigación en lo más profundo de las almas de unos personajes tristes, solitarios y grises, muy grises.

10 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo cn tu reseña. En esta novela lo menos importante es la trama. Es su ambientación, con todo lo que nos evoca, son sus personajes, tan bien caracterizados, con esa tristeza, esa melancolía que tanto nos afecta, es la exquisita prosa del autor, que es una delicia leerla...
    Besotes!!!

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  2. Coincidimos totalmente la prosa de Claudel es muy especial a mí me encantó este y La nieta del señor Linh. Muchos besos.

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  3. Totalmente de acuerdo con tu opinión..!!

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  4. Es verdad que este autor es cautivante. Es, como dices, un libro muy gris, y todo gracias a la manera que tiene de narrar la historia.
    He leído todos sus libros y me encantan. Es uno de mis autores de referencia.

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  5. Tengo ganas de volver a Claudel y "palpar" esas sensaciones y emociones que transmite tan hábilmente este autor. Por supuesto, este "Almas grises" es de los que tengo en el punto de mira.

    Besos y gracias!

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  6. Tras leer "la nieta del señor Linh", y emocionarme, tengo ganas de otras obras de este autor, me atrajo mucho su estilo narrativo, y la que comentas está en la lista.
    Un abrazo

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  7. Veo que es generalizada la admiración por el estilo narrativo de Claudel. Hay coincidencia en destacar su sensibilidad tan especial.
    Y no hay duda de que tengo que hacerme con La nieta del señor Linh. Ya os contaré.
    Saludos a todas.

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  8. Hay cosas que nos llaman (como la trama), pero otras no tanto, como el lenguaje poético, las descripciones o que sea muy triste.

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    1. Te propondría que le dieras una oportunidad. Es un libro magníficamente escrito. Merece la pena.
      Saludos.

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  9. Bueno, no pinta mal la novela.
    Un saludooo

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